En comparación con los suplementos de aceite de pescado omega-3, el aceite de krill se considera una opción más sostenible por varias razones. El krill, un pequeño crustáceo marino, se encuentra en la base de la cadena alimentaria y es la principal fuente de alimento para muchos animales marinos, como ballenas, pingüinos y focas. Por lo tanto, la pesca de krill no amenaza los niveles tróficos superiores, como los peces, que suelen verse afectados por la sobrepesca. Además, el krill tiene una alta capacidad reproductiva, lo que permite que las poblaciones se recuperen rápidamente. Muchos productores de aceite de krill, como el que utilizamos en Krill Oil Plus, se adhieren a estrictos estándares de sostenibilidad. La certificación MSC (Marine Stewardship Council), que también ostenta nuestro producto, garantiza la pesca sostenible y el respeto al medio ambiente.

Los ácidos grasos omega-3 del aceite de krill están unidos a fosfolípidos, lo que facilita su absorción y asegura una mejor integración de los ácidos grasos omega-3 en las membranas celulares. La forma de fosfolípidos también es suave para el tracto digestivo, evitando problemas digestivos y sensación de pesadez, que pueden ocurrir con los suplementos de aceite de pescado. Además, el aceite de krill contiene naturalmente astaxantina, un colorante natural del grupo de los carotenoides, y colina, un nutriente esencial para la salud cerebral, el funcionamiento adecuado del hígado y el metabolismo de las grasas.