La vitamina K2 no es la más conocida, pero es una de las vitaminas más beneficiosas e importantes. Nuestro cuerpo solo puede producirla en pequeñas cantidades y, además, es poco frecuente en la dieta. Si desea saber cómo se manifiesta su deficiencia y por qué es tan vital, siga leyendo.
Resumen del artículo
- Diferentes formas disponibles de vitamina K: ¿cuál elegir?
- Vitamina K2 para huesos y vasos sanguíneos sanos
- Vitamina K2 y su papel en la prevención de enfermedades de la civilización
- Vitamina K2: posible influencia en el metabolismo celular y el rendimiento deportivo
- ¿Cómo saber si tengo deficiencia de K2 y cuál es la ingesta diaria ideal?
Hasta hace poco, no existía mucha información ni estudios sobre la vitamina K, y se creía que solo existía una variante. Sin embargo, los estudios exhaustivos han demostrado que la vitamina K tiene múltiples variantes, es decir, representa un grupo completo de vitaminas liposolubles: K1, K2 y K3. Cada una proviene de diferentes fuentes, y nuestro organismo las utiliza de manera distinta.
Es fundamental comprender la importancia de la vitamina K2 para nuestro organismo. Su deficiencia puede estar relacionada con diversas enfermedades crónicas, como la diabetes, enfermedades inflamatorias y cardiovasculares. Mantener niveles óptimos de vitamina K2 en el cuerpo puede ser crucial para la prevención de la osteoporosis. De hecho, el tratamiento de esta enfermedad ósea probablemente ya no sea posible sin suplementación con K2, ya que es esencial para el metabolismo del calcio. La vitamina K2 transporta el calcio a los lugares donde más lo necesitamos: a nuestros dientes y huesos, y lo extrae de nuestras arterias, previniendo el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Además, es prometedora en el tratamiento de algunas enfermedades comunes, mejora la memoria y puede ser útil en el tratamiento de personas con Alzheimer.
Diferentes formas disponibles de vitamina K: ¿cuál elegir?
Vitamina K1 (filoquinona): Se encuentra principalmente en alimentos vegetales, especialmente en vegetales de hoja verde, por lo que es bastante fácil obtenerla de la dieta. En nuestro cuerpo, desempeña un papel clave en la coagulación sanguínea, previniendo el sangrado excesivo.
Vitamina K2 (menaquinona): Su función principal es proteger nuestros huesos y vasos sanguíneos. Se encuentra principalmente en productos de origen animal, como los lácteos ricos en grasa de vacas alimentadas con pasto o en yemas de huevo.
Cuando busque un suplemento, debe elegir aquellos etiquetados como K2 MK7. Esta es la forma biológicamente activa, con una vida media mucho más larga y la capacidad de transportar el calcio a donde se necesita. En los suplementos, encontramos las formas MK-4 y MK-7. La diferencia radica en que la MK4 tiene una vida media más corta en el organismo que la MK7, por lo que se recomienda tomarla en dosis divididas de 2 a 3 veces al día, mientras que la MK7 se puede tomar una vez al día.
Vitamina K3 (menadiona): Es puramente sintética y puede tener un impacto muy negativo en nuestro organismo. Se ha prohibido su uso en la nutrición humana, ya que puede interferir con la función del glutatión (uno de los antioxidantes más potentes), provocando daño oxidativo en las membranas celulares.
Vitamina K2 para huesos y vasos sanguíneos sanos
La vitamina K2 permite que nuestras células utilicen el calcio para aumentar la densidad ósea, lo que se traduce en huesos más fuertes y menos propensos a fracturarse. Gracias a la vitamina K2, el cuerpo asegura que este mineral llegue a los huesos y dientes, no a los vasos sanguíneos, donde podría acumularse y causar problemas. Se ha demostrado que una mayor ingesta de vitamina K2 se asocia con un menor riesgo de enfermedades cardíacas. La vitamina K2 colabora estrechamente con la vitamina D3 para mantener controlados los niveles de calcio en el cuerpo.
Vitamina K2 y su papel en la prevención de enfermedades de la civilización
Otra función esencial de la vitamina K2 es la regulación de las funciones celulares. Ayuda a las células a funcionar correctamente, previniendo la muerte celular innecesaria y participando en procesos que llevan a la correcta división y crecimiento celular.
Vitamina K2: posible influencia en el metabolismo celular y el rendimiento deportivo
Un estudio realizado con un grupo de atletas y ciclistas entrenados que recibieron un suplemento de vitamina K2 durante 8 semanas destaca otra importancia de este nutriente. Según los resultados, la vitamina K2 es capaz de restaurar la función de las mitocondrias celulares, lo cual es clave en la producción de energía. Este efecto podría ser especialmente relevante para músculos con un alto consumo de energía, como los esqueléticos y cardíacos. Por lo tanto, la vitamina K2 podría ayudar a aumentar el rendimiento energético y físico. Este es el primer estudio de este tipo, pero otros estudios epidemiológicos realizados en Europa Central en la última década ya han demostrado que una ingesta adecuada de vitamina K2 es fundamental para la salud cardiovascular y ósea.
¿Cómo saber si tengo deficiencia de K2 y cuál es la ingesta diaria ideal?
La deficiencia de vitamina K2 puede provocar una regeneración ósea más lenta y una incorporación insuficiente de calcio en los huesos y dientes. Estos tejidos duros pierden la fuerza y durabilidad necesarias, lo que aumenta el riesgo de fracturas osteoporóticas. Además, la deficiencia de K2 puede causar la acumulación de calcio en los tejidos blandos, lo que está asociado con enfermedades cardíacas. Estos síntomas solo se hacen evidentes cuando los problemas ya están en una etapa avanzada.
Es más fácil centrarse en la dieta y asegurarse de consumir suficientes fuentes naturales de vitamina K2. Si no puede cubrir la ingesta con la dieta, es recomendable incluir un suplemento de calidad. Hemos escrito un artículo sobre este tema: cómo complementar la vitamina K2 con alimentos naturales.
La buena noticia es que no se ha identificado toxicidad asociada a la administración de dosis altas de vitamina K1 o K2. Se ha establecido una dosis diaria mínima de 90 a 120 mcg de vitamina K2, lo que debería garantizar el correcto funcionamiento de los procesos mencionados en nuestro metabolismo.